Rojo Athenea: Capítulo 6

Rojo Athenea: Capítulo 6
por Caroline Beuss.

Víctor se siente satisfecho con la ayuda recibida para su escultura. Por otra parte comparte un momento a solas con Eri, quien siente gran curiosidad acerca de él. Es cuando él revela una pequeña parte de su tormentoso pasado. ¿Qué fué lo que le sucedió cuando era niño? ¿Dónde está su familia? El joven artista se rehusa a ser reconocido no por su talento. ¿Qué fué lo que le dijeron para que se molestara? Dulces palabras pronunció, que le dieron a Eri una pequeña esperanza de ser así sea una persona especial para él.

El joven de largo cabello se presenta como Paris, y desinteresadamente apoya a Eri y Eleonor en su campaña. Éste se despide con un beso, pero ¿qué significó para Eri? 

Paris sostuvo la mano de Eri mientras la estrechaban, poniéndola nerviosa por los seductores ojos con que la miraba. Éste rió a carcajadas.
 (...)

“¿Cómo es que recuerda cada cosa que me dice?” se preguntó Eri al ver a Víctor tan interesado.

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Rojo Athenea: Capítulo 5

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Rojo Athenea: Capítulo 5
por Caroline Beuss.

Eri comienza una campaña ambientalista, por lo cual decide iniciar la limpieza en la playa. Estando allí, Víctor le comenta su próximo proyecto y ésta decide apoyarle. Ambos se reencuentran de manera casi inesperada y Eleonor les apoya, invitando al artista a hacerles compañía y de esa manera su amiga pueda pasar más tiempo con él. ¿Aceptará la invitación?

Por otra parte, el joven que suspiraba con desesperanza aquella noche en su soledad reaparece con su carácter bromista, coqueto y despreocupado, pero resultará ser más serio y amable de lo que Eri piensa, gracias a un gesto de apoyo que este tiene.

Molesta, se retiró recordando los tiempos de adolescencia cuando era constantemente burlada por los jóvenes de su escuela. Eri no tuvo muchos amigos durante su adolescencia. De hecho, esa era una parte de su vida que, por una parte, deseaba olvidar. Cada vez que la recordaba, se le venían a la mente aquellos momentos en los que era ofendida, burlada o humillada, y ella no sabía que decir sino hasta horas de haber sucedido aquel momento en los que su ser era pisoteado, figuradamente hablando.

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