martes, 30 de julio de 2013

¿Qué lo más importante?




De repente ésta mañana me desperté aturdida entre pensamientos que venían de la noche anterior. Sé que temer es humano, pero me gustaría no sentirlo por el presente desesperanzador de la sociedad. Me pregunto en qué momento se comenzaron a cosechar éstas cosas y comienzo a comprender como sin darme cuenta, todo iba siempre buscando como destino lo que hoy es, y muchos en sus intentos de concientizar y revertir los daños, se encuentran solos o son ignorados.

¿En qué se ha convertido la sociedad actual? La cantidad de respuestas para esta cuestión varían dependiendo ángulo desde donde veamos los problemas. Espero que por favor comprendan que esto lo doy desde mi punto de vista de mujer que vive en una localidad geográfica específica, por lo que me enfoco más en ello. Dividiré entonces mis observaciones sobre lo que se nos está ofreciendo:

  • Una bomba de tiempo: Sabemos que es cuestión de tiempo para que lo que comamos nos lleve a desarrollar enfermedades mortales, pero estamos sometidos a las grandes empresas donde somos el conejillo de indias ante sus productos. Estamos acostumbrados a consumir químicos que por ende cada vez más suman víctimas de terribles males como el cáncer y nos preguntamos ¿por qué? No solo con eso, muchos culpan a Dios por ello. Los niños consumen alimentos altamente dañinas que son vendidas bajo un atrayente marketing de las empresas de comida rápida o productos de la cultura popular como las bebidas de soda. Por otra parte aparecen las personas que buscan alejarse de ello y adoptan la costumbre de alimentarse sanamente y hacer ejercicios, lo cual es muy bueno pero como todas las cosas, comienza a exagerarse y lleva al siguiente punto.
  • Inconforme: La imagen del exterior es importante ya que a través de ella vendemos lo que somos (si, la vida se ha convertido más hoy en día en un marketing de ti mismo). Si eres guapo, tienes mayores posibilidades de que la gente te tome en cuenta, considere tus sentimientos y hasta sobrevalore (e idolatre). Los medios te empujan a que debes ser delgado de todas las maneras posibles y muchas veces “no importan” los métodos que uses para bajar de peso, lo que importa es que no tengas un gramo de grasa. Éste pensamiento es uno de los que ha convertido en obsesivos y enfermado a sobretodo los adolescentes y jóvenes, muchos que piensan que parecer anoréxicos es estar sanos o verse bien. Toman batidos, comen poco, hacen ejercicio en exceso y dicen vivir vidas sanas, cuando tienen enfermas sus mentes. ¿Cuándo se detendrán para ser verdaderamente felices? ¿O acaso su felicidad es algo tan banal como “ser guapos y delgados”? La mujer es la que es mayormente atacada por esto, ya que sus cuerpos son vendidos como imagen. Entiendo perfectamente oficios que exigen hacer ello, pero vemos tantas veces que esto afecta a las más jóvenes completamente normales que se obsesionan con ser modelos o cosas similares, en su entorno inmediato.
  • Superficial: A las chicas se le permite y apoya que se pongan senos de silicón y se modifiquen sus cuerpos, en lugar de enseñarles a amarse y aceptarse como son o ser fuertes de espíritu, porque es mucho más sencillo pagar por unos pechos plásticos que trabajar con tu interior. Recuerdo haber visto programas en los que se busca parar con éste pensamiento, pero el negocio de las cirugías estéticas es algo muy grande y mientras hayan personas dispuestas a dar grandes cantidades de dinero a médicos, que saben en el fondo que no necesitan las operaciones para ser felices, todo seguirá igual. Por otra parte, además de éste insaciable anhelo de tener la perfección física, está el fuerte deseo de ser populares. Muchas veces me pregunto si esto es para llenar un vacío en sus vidas, ya que la popularidad solo sirve para dos cosas: Si eres empresario (ya sea un artista, por ejemplo) te sirve para vender. Si eres una persona normal, para nada, porque lo más probable es que te llenes de falsos amigos que estén contigo porque eres aparentemente aceptado en tu entorno.
  • Sin valores: Los medios y hasta los padres enseñan a sus hijas a usar métodos de anti-concepción en lugar de respetarse y decir no. Cuando lleguen a casarse habrán tenido relaciones con tantos chicos que no tendrían la moral para reclamar si alguna de sus hijas quedan embarazadas. Las revistas inyectan de sexo a las relaciones de pareja y dan más relevancia a ello y no al verdadero nexo que debe crearse en el amor. Educan para ser “fieras” y mantener al hombre interesado (todo dentro del marco sexual) para que no les abandonen o sean infieles, como si el hombre fuera un ser unidimensional y no se diferenciara de los animales.
  • Insensible: Ahora decir un “te amo” vacío es muy común y sencillo, mientras que decir un “te amo” verdadero es sumamente difícil. Esto es reflejo de que amar de verdad se ha vuelto más complicado en una era en que tenemos tantas formas de expresarlo como métodos de comunicación. Y no solo afecta nuestras relaciones humanas sino también con los animales y la naturaleza, los seres que por obligación debemos proteger por depender de nosotros. Las cosas van a una velocidad tan rápida que no hay tiempo ni ganas de tener sentimientos profundos por los demás, y las decisiones como ese “acepto” que se da a la hora de casarse que incluye todas las premisas que se dan antes de decirlo, se convierte en algo que depende de la emocionalidad del momento. El enamoramiento es confundido con el amor cuando muchos no saben que esa es una etapa que dura solo unos pocos años y que una vez que termina, las decisiones dejan de ser valoradas como deberían. Es entonces que podemos observar cómo se nos venden anti-valores en todo momento. Nos quieren hacer pensar que hay cosas que están bien y son “normales” cuando no lo son. ¿Y qué ejemplo tenemos para esto? Muchos recordarán como artistas que se comportaban como buenas chicas, de las que no se hablaban cosas malas, se rebelaron y como “símbolo de adultez” se volvieron irreverentes. Antes las artistas eran chicas que se daban a respetar, procuraban ser o al menos aparentar ser educadas. Ahora enseñan a ser promiscuas, interesadas y superficiales. En lugar de educar damas, están educando personas que no tienen organizadas sus prioridades en la vida y a las que no les importa hacer cosas que van contra el mismo respeto a sí mismas. Ya el “ser buen ejemplo” se ha quedado atrás y prefieren simplemente tirar la piedra, ocultar la mano y dejar las cosas así hasta que los demás olviden lo que pasó.
  • Ofensiva: Como parte de lo anteriormente expuesto, ocurre que al sentirse mal (consigo mismos en parte porque nada de lo que hacen les llena de verdad) se ponen a la defensiva cuando alguien trata de ayudarles (o cuando alguien les critica, que es el peor método para lograr que alguien mejore). Entonces comienza la intolerancia y el odio hacia las cosas que buscan la paz y el equilibrio. Prefieren arraigarse a lo banal, a la falsa libertad (mejor conocida como libertinaje) y hasta al individualismo egoísta que no comprende que sus derechos terminan donde comienzan los de los otros. Se desarrolla una aversión hacia la creencia de Dios y el deseo de ofender su nombre solo por el hecho de sentir que “son libres”, como si eso les fuese a hacer algún bien a ellos o a los demás y sin pensar que ello dañaría a otros. En lugar de respetar y no molestar, se encuentran obsesionados por criticar y ofender (la mayoría de las veces demostrando ignorancia en la materia). Desaparece el aporte de ideas y la tolerancia, apoyan el “vive y déjame vivir” pero no “dejan vivir” a otros porque no están de acuerdo con su forma de pensar. A otros pareciera que les “hirviera la sangre” cuando encuentran a alguien que se sale de los esquemas de lo que se ha vuelto común y buscan la manera de: homogeneizarlo para convertirlo en una igual a los demás o minimizarlo, porque existe la gran tendencia de desprestigiar, criticar y rumorear sobre otros para hacerlos ver como inferiores y sentirse superior.
A fin de cuentas ¿por qué escribo todo esto? Porque pienso a futuro crear una familia y me abruma ver una sociedad tan negligente, contaminada, que no quiere asumir las responsabilidades de sus actos y que tampoco evita que su estilo de vida tenga consecuencias que harán las cosas más difíciles, que prefiere que sus hijos sean educados por la televisión y el internet, que de las 24 horas del día, alrededor de 2 las usas en la mañana para prepararte para salir a pasar al menos 8 en tu trabajo, aproximadamente 3 las pasas en la calle entre descansando de tu oficio y haciendo diligencias, si quieres dormir bien necesitas 8 horas y solo te restan 3 para dedicarte a educar a tus hijos (y alternar esto con limpiar, cocinar, y ocio si es que puedes). Porque estamos viviendo en una sociedad insensible y egoista. Hoy por ejemplo, una señora en la parada de bus no solo no respondió cuando le di los buenos días y sonreí amablemente, sino que también se adelantó para agarrar el transporte antes que yo, considerando que ella tan solo había recien llegado cuando yo tenía minutos esperando. El conductor del transporte que tomé, como la mayoría de los que agarro, me cobró el pasaje un poco más costoso de lo normal a pesar que las leyes dictan un precio fijo. Aparte de eso tuve que aguantar su horrible música y su vehículo en mal estado. Hace días estaba en un taxi y el conductor, un joven bastante guapo y bien vestido, tenía puesta con volúmen alto la más desagradable y obsena música que había escuchado en mi vida, donde trataban a todas las mujeres como prostitutas y los hombres se comportaban como ladrones. Por otra parte, éste estaba prestando demasiada atención a su teléfono celular en el que se escribía con una chica y con la que se enviaba fotos indecentes. ¿Donde está entonces la consideración y el respeto por los demás?

Observando éstas y otras cosas me pregunto ¿qué es lo que la sociedad quiere mostrarte que es importante?

Ahora te pregunto a ti, querido lector, ¿qué es lo más importante en la vida?

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